Terapia infantil y perinatal

Terapia infantil y perinatal

¿Quién da el servicio?

Helena Arroyo Fajardo
Susana Simón Paúl
  • Razón del problema y su solución
  • ¿En qué consiste el servicio en concreto? ¿Qué vas a conseguir?
  • Listado de problemáticas que incluye el servicio

La infancia es una etapa de la vida en la cual se asientan las bases del desarrollo psicomotor, cognitivo, comportamental, emocional y social del ser humano. Todo ello se logra en interacción con el entorno, siendo la familia, el contexto fundamental para el desarrollo de la personalidad y la adquisición de esos desarrollos.

Cada padre, cada madre, lleva a cabo esta importante labor educativa desde sus propios recursos, experiencias y visión. En este sentido, es frecuente y lógico encontrar dificultades en nuestro propio autocontrol emocional, en la manera de enseñar gestión emocional a los hijos/as… así como lograr el necesario entendimiento con la pareja a la hora de educar.

Las dificultades en el desarrollo y el comportamiento, pueden presentarse en uno o varios entornos relevantes para el niño/a (familia, escuela, grupo de amigos…) produciendo preocupación y angustia en la familia si no se consigue dar con el quid de la cuestión. Afortunadamente, la infancia es una época permeable y en constante “construcción”, por lo que una adecuada y pronta intervención terapéutica, va a permitir una mejoría notable y un impacto positivo de cara al futuro: la posibilidad de conseguir un desarrollo sano de la personalidad y de los vínculos emocionales que establecerá con otras personas.

La solución a estas dificultades infantiles requiere comprender, primeramente, que el niño no maneja ni el pensamiento, ni el lenguaje, ni la experiencia del adulto. También precisa un análisis sobre el tipo de rol que adoptamos los padres (muchas veces sin ser del todo conscientes) en la educación, en las interacciones cotidianas y la toma de decisiones dentro de la familia.

La terapia con niños consiste, en un primer momento, en una serie de sesiones iniciales con el niño y los padres, en las que se evalúa la dificultad presentada. Posteriormente, determinamos si es adecuado proceder predominantemente (no, únicamente) con el menor, o principalmente con los padres.

En cualquiera de los casos, la periodicidad de las sesiones suele ser de una vez a la semana, en sesiones de unos 50 minutos. Esto puede variar en función de diversos aspectos, a concretar con el profesional correspondiente (fase de la terapia, necesidad detectada, etc.).

Para lograr la adecuada exploración, comprensión y resolución de la dificultad, facilitamos un espacio terapéutico empático, respetuoso y validante, que pueda dotar de recursos tanto al menor, como al resto de la familia. Los adultos que guiamos la educación y la convivencia familiar, debemos conectar con todas las fortalezas que tenemos, dejando a un lado presiones y convencionalismos sociales, condicionamientos, “listados de pautas”, y recetas que no tienen en cuenta la individualidad de cada familia.

En el trabajo con los menores, damos extraordinaria importancia a la creación de un espacio de confianza y seguridad; sólo así, podrán expresar sus preocupaciones, problemas, malestar, pensamientos… Y así también, es como podemos lograr nuevas habilidades y una mejor autoestima. Esto se hace posible a través de las técnicas proyectivas, la terapia de juego, la dramatización y toda una serie de técnicas adaptadas a la edad del niño/a.

 

Si la terapia demandada se orienta más al desarrollo de estilos de crianza o educación, a la adquisición de herramientas emocionales para guiar a los hijos/as o al conocimiento de técnicas de resolución de problemas, las sesiones serán principalmente con los padres/madres. En ellas, desarrollaremos recursos que ayudarán a conectar mejor con los niños/as y a ser coherentes con un determinado estilo educativo, sobre el que sustentar percepciones, decisiones y actuaciones.

CONDUCTUALES:

-rabietas, desobediencia, agresividad, comportamientos desafiantes, dificultad para adaptarse a normas y límites…

-personalidad inhibida, timidez, aislamiento…

-celos y/o disputas entre hermanos

-problemas de alimentación, de sueño (despertares, insomnio, terrores nocturnos, pesadillas), de adquisición de hábitos y rutinas…

EMOCIONALES:

Tristeza persistente, ataques de ira, ansiedad, miedos, mal afrontamiento de la frustración, falta de autocontrol emocional, duelo…

FÍSICOS/MOTORES:

-problemas de control de esfínteres (enuresis, encopresis, “mojar la cama” o la ropa…)

-problemas en el desarrollo psicomotor

-agitación, hiperactividad, nerviosismo…

-dificultad en la adquisición de la autonomía

DE LOS PADRES/MADRES:

  • Dudas sobre crianza en los primeros meses de vida del niño/a: lactancia, apego, acompañamiento de las necesidades del bebé, depresión postparto,
  • Frustración por la falta de eficacia de los métodos educativos conocidos.
  • Preocupación por el desarrollo mental y/o emocional de los hijos/as.
  • Problemas en el manejo de algunos aspectos del ámbito escolar.
  • Dificultad para comunicarse de forma eficaz con los hijos/as.
  • Falta de consenso entre los padres respecto a la educación de los hijos/as.
  • Dudas sobre cómo comunicar y abordar la separación de la pareja con los hijos/as.